Ya sea en el rol de jefe, gerente o colega, en algún momento de tu carrera deberás saber cómo ofrecer retroalimentación constructiva a tu equipo de trabajo. Pero esta puede ser una tarea más complicada de lo que parece a simple vista. Sin embargo, impartida de la forma correcta, la retroalimentación transmite apoyo y respeto a tus colaboradores o compañeros. La misma promueve el poder reconocer y evitar errores e inspira a alcanzar el máximo potencial propio. Aquí 6 principios para ofrecer retroalimentación constructiva y con impacto positivo.
Establece confianza y seguridad
Es difícil aceptar retroalimentación de alguien en quien no confiamos o creemos que no tiene las mejores intenciones. Es por esto que debes entablar una relación basada en la confianza donde el otro sepa que reconoces sus habilidades, crees en su potencial y aprecias su trabajo. De esta forma el mensaje tiene mayor probabilidad de ser bien recibido y puesto en práctica.
Encuentra el balance entre lo positivo y lo negativo
Debes ser honesto y no confundir a la persona acerca de su bajo rendimiento. Sin embargo, mantener la perspectiva entre lo positivo y lo negativo le demuestra al otro que no estás criticando su desempeño general, sino que ciertos aspectos de su trabajo necesitan atención. Un error común es no ofrecer suficiente retroalimentación positiva a tus mejores colaboradores. Esto puede poner en juego la satisfacción laboral, el desempeño y el nivel de retención en tu equipo.
Sé específico
Entre más específica es la retroalimentación más accionable será la misma. Decirle a alguien que su trabajo necesita mejorar y no ofrecer detalles es frustrante y poco útil. Debes ser claro en lo que buscas, en que hace falta o donde está la falla. Lo mismo aplica para la retroalimentación positiva; en vez de decir “bien hecho” ofrece un cumplido que demuestre que tomaste el tiempo de observar su trabajo y aprecias su contribución.
Sé oportuno
No dejes pasar días o semanas antes de dar retroalimentación por una tarea o acción específica. De esta forma el asunto sigue siendo relevante, accionable y dentro de contexto. De la misma forma, responder de forma demorada a asuntos de gestión o ética pueden tener un impacto negativo en todo el equipo.
Habla cara a cara
Siempre que sea posible, es mejor ofrecer retroalimentación de forma presencial y personalizada. Aunque los correos, mensajes y llamadas son útiles en otras situaciones laborales, las mismas se prestan para malas interpretaciones ya que eliminan información relevante como el tono de voz, las inflexiones y el lenguaje corporal. La retroalimentación cara a cara demuestra interés en el desarrollo profesional de los miembros de tu equipo, ayuda a confirmar que el mensaje fue bien recibido y comprendido y te permite conocer la opinión del otro.
Escucha
Cuando estés dando retroalimentación constructiva asegúrate que el otro tenga la oportunidad de responder. Una conversación dinámica abre la posibilidad de escuchar las preocupaciones e interpretaciones de ambas partes, así como crear un plan de acción de forma conjunta. Pregunta: ¿qué pasos debes seguir para mejorar? Esto te ayuda a confirmar que el mensaje fue claro y comprendido. ¿Cómo puedo yo ayudarte a alcanzar esta meta? Lo que demuestra tu disposición para ayudar y a recibir retroalimentación de su parte.
La mayoría de los individuos desean saber qué deben hacer para mejorar su desempeño. Aprender a proveer esta información de forma regular es parte esencial de apoyar el desarrollo de tu equipo. Una retroalimentación con impacto positivo fortalece el desempeño, el bienestar y los logros individuales y colectivos.
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